jueves, 26 de marzo de 2009

La casa nunca cambia

Recientemente vi "El curioso caso de Benjamin Button". Me impresiono el trabajo que hizo el equipo de maquillaje, ¡Simplemente… Sensacional!
La película es bastante extensa, por tanto tiene muchos elementos que destacar. No obstante, hoy solo quiero resaltar algo que decía el diario de Benjamin Button.

“La casa nunca cambia, nosotros cambiamos” – narraba el rejuvenecido (pero mayor) Benjamin mientras entraba en la casa donde vivió su particular infancia. Recuerdo que asentí con la cabeza y le dije a mi novia “Eso es verdad”, pues lo he experimentado cada vez que voy a mi país. Pero ayer lo experimente de nuevo, regresando de ahí.

Estuve un par de semanas fuera en Venezuela, compartiendo con mi familia y “panas”. Pero llego el día de regresar y cuando llegue a mi reino, encontré que todo estaba como lo deje (al menos en mi habitación, que es lo que llamo “mi reino”.

Toda estaba igual pero quien entraba por la puerta de la habitación había cambiado. Sí, el tiempo hizo su trabajo dentro de mí, y estaba viendo todo con nuevos ojos. Estos nuevos ojos me permiten ver con más claridad por qué estoy aquí y qué es lo que debo hacer.

Creo que me agrada estar en constante cambio… ZD

miércoles, 11 de marzo de 2009

En casa de repente...

Nada hubiera encantado a Lucy y Edmund como un viaje imprevisto a Narnia después de la aventura con el Príncipe Caspian, quien atrajo a los cuatro hermanos usando el cuerno de Susan. Los dos mayores estaban eran suficientemente grandes para volver a Narnia.

No obstante, Edmund y Lu si tenían la esperanza de regresar, al menos eso quiso decir Peter, que ellos volverían alguna vez.
De modo que verse envueltos de repente por las turbulentas aguas del mar que navegaba el Viajero del Alba resultó en dicha para estos niños que junto a su desubicado primo Eustace volvían a casa.

Para mí, que soy lo suficientemente mayor para ocuparme de los asuntos de mi nuevo entorno, volver a mi casa de repente es como la aventura de estos niños que recieron el favor de entrar una vez más a "su mundo particular y secreto".
Mientras escribo atravieso turbulencias en el cielo. Viajo un avión... ¡Cuánta gracia y cuánta dicha! Estoy volando a casa.