domingo, 26 de septiembre de 2010

Valientemente cruzado de brazos

Una de las escenas más recias de "El león, la bruja y el ropero" (la película) transcurre en un frío calabozo en el castillo de la Bruja Blanca. Jadis decide deshacerse de Mr. Tumnus -convirtiéndolo en estatua de piedra- no sin antes preguntarle: "¿Sabes por qué estás aquí?". La verdadera razón es decepcionante, pero no me referiré a eso, sino a la respuesta inmediata del fauno a la interrogante: "Porque creo en una Narnia libre".
En nuestro mundo hay una gran cantidad de ejemplos como éste. Conocemos personas de ideales inquebrantables, conciencias libres y sueños indómitos. En la historia Bíblica están los tres en el horno de fuego -Ananías, Mishael y Azarías- quienes rehusaron negar su fe en el Dios vivo aún frente a la ardiente amenaza de un rey implacable: Nabucodonosor II

¿Qué decir de los apóstoles Pedro y Juan? Enfrentaron osadamente a los líderes del pueblo judío que exigían que cesaran de predicar en el Nombre de Jesucristo:
—¿Es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes en vez de obedecerlo a él? ¡Júzguenlo ustedes mismos! Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído. Hechos 4:10-20 (NVI)
Y así lo hicieron, no callaron sino que testificaron la muerte y la resurrección del Hijo de Dios (Y hasta el día de hoy se anuncia este mensaje).

Un último ejemplo:


En la foto de arriba observamos a un hombre valientemente cruzado de brazos. Algunos se preguntarán desde cuándo cruzarse de brazos demuestra valentía. Pues la respuesta es sencilla: Si alzaba su mano como el resto de los presentes en la botadura del velero Horst Wessel, estaría rindiéndole pleitesía al Fürher, Adolph Hitler.

August Landmesser (el hombre cruzado de brazos) fue un alemán marginado por el régimen nazi por haberse casado con una mujer judía, con quien tuvo dos hijas. Su familia fue cruelmente separada; su esposa, muerta en un campo de concentración; y él, condenado a dos años de trabajos forzados. ¿Razones suficientes para rechazar el Tercer Reich y orden social de la raza aria?

Landmesser pasó a la historia como un ícono de coraje individual, un hombre que desafió a su manera la maldad que le rodeaba. Igual que el fauno Tumnus ante la malvada Jadis, o los demás personajes históricos ya mencionados, se puede desafiar el error y hasta la misma muerte tan solo teniendo la verdad de nuestro lado. La "manera" viene dada por las circunstancias.

Un corazón valiente se reconoce aún dentro de un horno ardiente, predicando en las esquinas, gritando por libertad... o cruzado de brazos.

Epílogo.
Pensaba en las personas que el pueblo elige para velar por los intereses colectivos en eso que llamamos Parlamento. Me gustaría ver a muchos de ellos asumir la postura de August Landmesser ante propuestas inmorales y autocráticas.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Escrito está... en la servilleta

Me encanta la comida rápida. Trato de ser selectivo a la hora de escoger dónde comerla, por aquello de cuidar la salud, pero igual es mi delirio.

Las hamburguesas son lo que llamaría uno de mis platillos favoritos; en especial las de Burger King. Entre un Whopper y un Big Mac elegiría con los ojos cerrados el primero. Disfruto más su sabor -y su tamaño.

No obstante, quedé estupefacto al enterarme que mi elección resultó ser menos saludable. Una hamburguesa en "los arcos dorados" tiene 540 calorías y 29 gramos de grasa mientras que mi delicioso Whopper, 670 y 40 respectivamente.

¿De dónde saqué la información? De una servilleta... de Subway ("Eat Fresh": sólo 380 calorías y no más de 5 de grasa en cualquiera de los subs de 6")

"Porque les digo a ustedes, que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere a la de los fariseos y de los maestros de la ley" - Mateo 5:20 (NVI)
Los judíos fueron los primeros en escuchar las buenas noticias del reino de Dios. En el tiempo en que Jesucristo estuvo en la tierra, éstos eran como ovejas sin pastor. Había gente muy necesitada entre la población; gente atormentada por espíritus inmundos o con enfermedades incurables; muchos vivían abiertamente en pecado. Los líderes del pueblo no les enseñaban a vivir según la ley de Dios. Mas bien se jactaban de su moralidad y de cumplir sus estrictas normas, pero no era común ayudar a los necesitados o mostrar el camino a los "pecadores".

Jesús declaró a sus seguidores que para entrar en el reino de los Cielos no era suficiente ser como esos líderes. La justicia de los fariseos y maestros de la ley consistía en matar sus conciencias llevando un estándar de rectitud por encima de los "peores". Tal vez se conducían mejor que los publicanos o las prostitutas —o eso aparentaban—, pero esto su corazón estaba lejos de querer agradar a Dios haciendo todo lo que Él pide.

Pienso en aquellos líderes religiosos (y en los de hoy) como gente que quiere comer sano y decide cambiar de franquicia de hamburguesas, sólo porque ingerirá 130 calorías menos. Ignoran que deberían empezar por cambiar de platillo favorito.
Lo mismo demanda el Maestro a sus discípulos. No basta con ser "mejor que el otro de allá". Si vamos a vivir para Él, debemos vivir como Él.

La justicia a la que se refiere Jesús es mera obediencia sincera. Cualquier cosa por debajo de eso, de acuerdo con la servilleta, es no comer sano.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Una nueva devoción: "Hágase tu voluntad"

"¿Por qué me llaman ustedes 'Señor, Señor', y no hacen lo que les digo?" Lucas 6:46 (NVI)
Como cristianos procuramos siempre estar en la voluntad de Dios. Para lograrlo debemos comprender que ésta no es un lugar al que llegamos, mas bien es un camino, una senda que debemos encontrar -y transitar- cada día.

No obstante, muchas veces somos impulsados a hacer cualquier cosa menos lo que Dios nos pide; dando lugar al reclamo del Señor. La causa de esto data desde los inicios de la humanidad: el pecado.

En su libro Acércate Sediento (Come Thirsty), Max Lucado define el pecado como un virus, una bacteria que generó una epidemia generalizada en la raza humana. Una plaga que produce que las personas prefieran su propia opinión antes que la de su creador. Asi lo escribe Max:
"La mente pecaminosa descarta a Dios y opta por no consultarle ni buscar su consejo. De la misma forma, decide no considerar con seriedad su plan. Los infectados por el pecado tratan a Dios con el mismo respeto que unos estudiantes adolescentes al profesor sustituto. Reconocen su presencia, pero no lo toman en serio" (Lucado, Max. Acércate Sediento, Cap. 2, p. 24)
Para el hombre común, Dios esta ausente de su creación, pero en realidad Él dirige el destino de la misma. Aun cuando parezca que trabaja de incógnito, sus demandas se hacen escuchar.

Lucado sigue explicándonos el resultado de nuestro irrespeto a la Divina Voluntad:
"Cuando tú haces lo que quieres y yo hago lo que quiero, y nadie se interesa en lo que Dios quiere, la humanidad se destruye a sí misma. La infección de un individuo conduce a la corrupción del resto de la población." (Lucado, Max. Acércate Sediento, Cap. 8, p. 75)
Ningún juez en el universo puede denegar la objeción de Jesucristo: "¿Por qué me llaman 'Señor, Señor', si no hacen lo que les digo?". Aquel que no escatimó su propia vida para pagar el precio mas alto de todos para darnos vida, ahora nos pide algo mas que razonable: Todo... Y nosotros ignoramos su solicitud.

Hermanos, cada dia debemos caminar la senda de Jesús. Vacunarnos contra el pecado en la Palabra de Dios, y simplemente obedecer la enseñanza de nuestro "Señor".
"Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado" 2 Corintios 5:15 (NVI)