jueves, 28 de abril de 2011

El celo por la sala

Me gusta el cine. Más que ir a ver películas, lo cual hago muy esporádicamente debido a mis ocupaciones, disfruto del arte cinematográfico. Conozco los diversos géneros de películas, el lenguaje que se usa en la pantalla, y sé diferenciar un buen guión de uno malo. Es parte de mi formación académica.

He presenciado festivales de cine francés, he visto cine latinoamericano –me reservo cualquier comentario al respecto– y también del lejano oriente. He visto proyecciones no solo en cines multisalas sino en teatros y centros de arte.

Creo que este cúmulo de experiencias me ha convertido en un crítico amateur de cine, una de esas personas aburridas que no se ríen a carcajadas o gritan de asombro durante la película, que no atienden a ninguna interrupción, que no comen palomitas de maíz, y sobre todo que entienden porque la Academia galardona ciertas películas.

Tal vez exagero con esa descripción. A veces puedo ser divertido (Mi esposa les diría que siempre), pero lo cierto es que soy celoso con esas 2 horas de mi tiempo.

Ahora bien, cambiemos de escenario. Ya no estamos más en la sala oscura, pero sigue habiendo filas de sillas, una detrás de la otra, y personas ocupándolas. No es una proyección lo que ven sino a un hombre bien vestido con un micrófono en la mano leyendo cosas incomprensibles de un libro negro.

Me gusta ir la iglesia. ¡Entiendo las cosas que dice el libro negro! Pero, me preguntaba, ¿Soy tan celoso de la Casa de Dios como lo soy de la sala de cine?
En mi vida solo una vez he salido de la sala para ir al baño –después de media hora de lucha con mi vejiga– pero no recuerdo las veces que he salido en medio del sermón un domingo.

“Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: “El celo por Tu casa Me consumirá” Juan 2:17

Jesús expulsó del templo a los vendedores de palomas, pero yo solo alcanzo a reprender a los que comen palomitas. Soy capaz de hacer callar a alguien cercano a mi asiento que interrumpa mi concentración durante una película, pero ¿y en la iglesia?
Si lo que un cineasta quiere decirme –o imponerme– me parece digno de atención ¿No lo será aún más la Palabra de mi Padre Celestial?

En conclusión, preciso de más celo por Su casa ¿Alguno se apunta?

martes, 12 de abril de 2011

Mi primer mes 'con lo mejor'

Si ya tienes esposa, ya tienes lo mejor: Dios te ha demostrado su amor! Proverbios 18:22 (Traducción en Lenguaje Actual)
Se ha cumplido un mes desde que mi estado civil cambió para siempre... y con él, mi vida (ahora debo decir nuestra). La felicidad ha invadido cada célula de mi cuerpo; todo mi ser esta agradecido con mi Creador por mostrarme su amor.

La benevolencia de Yahweh es algo singular. Me refiero específicamente al favor que reciben quienes dejan padre y madre para fundirse en un solo ser con la persona amada. No hace mucho atiné a definir la sensación de estar casado con estas palabras: "No sabía que estaba incompleto hasta que me casé".
Amigos solteros, no me malentiendan, cuando estamos solos somos seres completos con valía y propósito; pero cuando unes tu vida correctamente formas parte de algo mucho más excelente: 2 viene a ser 1, pero 1 significa 2 (I know it's confusing but true)

Ahora entiendo porque el Señor que hizo buenas todas las cosas (Gn 1:31) pronunció aquella sentencia:
No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada. Génesis 2:18 (NVI)
En mi caso resulto ser Carla, y es muy gracioso que sea así, tomando en cuenta los giros de la vida. Cuando yo me mudaba a su ciudad natal -donde mucho tiempo después nos conocimos- ella viaja al suroeste de Venezuela. Pudimos estudiar en el mismo colegio, pero si asi hubiera sido ella estaría un año arriba y tal vez no la hubiera conocido. Ella se muda a EE.UU. y antes de regresar (redimida por Jesucristo) escribio via e-mail al pastor de una iglesia en Maracaibo. Como este no revisaba su correspondencia sino su hijo -some guy- , fue el joven quien respondio. Ese fue el primer contacto (La primera vista no fue menos emocionante, aunque este amor fue producto de una gran amistad)

Dios es Bueno. Su fidelidad es enorme. No soy digno de su amor, no obstante, me amó; primero en una cruz sangrienta, ahora concediéndome el honor de llevar a la más bella de sus princesas hacia la felicidad terrenal plena (con miras a la celestial) ¡Ya tengo lo mejor!


Mi Señor, mi Yahweh, gracias por amarme. Gracias por amar a cada ser viviente que creaste (sin que lo merezcamos) Permite que nuestros ojos y oídos sean abiertos para ver que el amor esta a la puerta.


*Las fotografías del matrimonio civil y eclesiástico fueron tomadas por mi hermano, colega y amigo Pablo González; las otras fueron tomadas con mi iPod durante nuestra luna de miel en el Aeropuerto El Dorado y la Plaza de Bolívar (Bogotá, CO)