lunes, 10 de noviembre de 2014

Sobre el doble check y la naturaleza fugitiva del ser humano

No pude pensar en un peor título para esta entrada. A simple vista una cosa no tiene que ver con la otra, pero mientras leen comprenderán que demostramos quienes somos hasta en los detalles más minúsculos, por ejemplo: el uso del Whatsapp.

Hace tiempo se decía que un Check significaba que el mensaje llegó y que dos querían decir que éste fue leído. Pero no era así, sino que un Check indica que el mensaje fue enviado con éxito, mientras que el segundo avisa de que ya entró en el otro dispositivo —más no que la persona haya mirado la App y leído tu mensaje.

Días atrás —antes de que las redes sociales estallaran con la noticia— noté que al poco tiempo de enviar un mensaje de Whatsapp el doble gancho (check) se tornaba azul. Se me ocurrió pensar que tal vez me estaba informando que el mensaje fue leído. No me pareció nada del otro mundo puesto que el Messenger de Facebook te informa cuando tus contactos han leído (o "seen") tu mensaje.

Evidentemente, no todo el mundo lo tomó por el lado amable.

Las redes sociales estallaron con cualquier cantidad de comentarios y chistes acerca del doble check azul. Algunos invocaban el derecho a la privacidad, otros simplemente hacían lo que mejor saben hacer: quej..., digo, "opinar". No faltó mucho para ver publicaciones acerca de "cómo evadir el doble check"; y yo me pregunto: ¿qué le pasa a la gente? Pareciera que estuvieran jugando al escondite en red.

Algo que aflora de todo esto es que el ser humano es por naturaleza indómito. Si me permiten, diría fugitivo. Nos gusta estar por nuestra propia cuenta, escapamos de cualquier tipo de atadura que atente en contra de nuestra "libertad". Por lo tanto quién venga con intenciones de controlar cualquier aspecto de nuestra vida (llámese papá, mamá, novio, esposa, incluso Dios) será repelido con toda la artillería.

Esto no es cosa nueva, ni es culpa de la tecnología; está en nuestros tuétanos desde el día que un hombre llamado Adán inútilmente se escondió de quien todo lo ve y lo conoce. Aquella fatídica tarde en que la raza entera cayó, el hombre que buscaba libertad ilimitada encontró en cambio vergüenza y temor. Quiso esconder sus acciones, cubrir su desnudez, culpar a los demás; pero sólo se hizo prófugo de la voluntad divina. De allí nos viene la manía de andar ocultándolo todo (Para un mayor entendimiento de esto, lean el libro llamado Génesis).

Malo para algunos, útil para todos.
Ninguno de lo que despotrica de este avance se pone en el rol del emisor ¡Cuán útil es saber que un mensaje ha llegado a su destino! Pocos piensan en la angustia que produce querer informar algo importante a alguien (tu cónyuge, un ser querido, un colega, o un empleado) y no tener la certeza de que esa persona se enteró. 

Mi esposa y yo, que usualmente estamos muy de acuerdo en nuestros puntos de vista, coincidimos en que esto es algo positivo. Whatsapp es uno de nuestros medios de comunicación cuando no estamos en el mismo lugar. Además nunca nos hemos puesto en el plan de "perdernos" el uno del otro.
Creemos que razón lógica de implementar el check doble azul es para garantizar a los usuarios que sus comunicación han sido recibidas, no para arruinar las vidas de los fugitivos.

¿Tienen culpa los desarrolladores de de esta App de que nos guste engañar, no rendir cuentas, llevar dobles vidas y hacer sufrir de vez en cuando a nuestros allegados? ¿Por qué mejor no decidimos ser francos y amables con los nuestros, y dejamos de jugar al escondite? ¿Por qué no tomamos una actitud positiva antes las circunstancias y dejamos de huir?

La cuestión trasciende el uso de las redes sociales. Se trata de cómo vivimos, y si realmente valoramos a los demás —o si vamos a vivir pretendiendo ser otra cosa.