miércoles, 31 de diciembre de 2014

Mis lecturas: Igleburger

En octubre del año 2013 vivimos una de las experiencias más enriquecedoras desde que trabajo con jóvenes: La convención de Especialidades Juveniles. Fue allí donde conocí a Álex Sampedro.

Imagínate que alguien se te presente y sin mediar palabra te propina una bofetada "en nombre del Señor". Algo así se sintió aquel canto profético que decía:
Tengo una sal que ya no sala,
Una iglesia que no sale,
Una luz bajo la mesa,
Y una virgen despistada,
La levadura en la nevera,
Mi armadura oxidada,
Tengo oro y tengo plata,
Pero el cojo ya no baila.
"Sal" esta desafiante canción nos dejó a todos con un sabor agridulce. Agrio por cuanto nuestros corazones quedaron al descubierto con esa descripción; y dulce, porque cada vez que Aslan habla, por duro que sea, los niños cobran ánimo.

En fin, después de ese "momento Kodak" en mi fe, pude conocerle en persona, escuchar sus discos, enterarme de su afición por la Tierra Media, Tolkien y C.S. Lewis, y (este año, después de otros que estaban en cola) pude leer su libro: Igleburger. A continuación mi review para Goodreads.com.


IgleburgerIgleburger by Alex Sampedro
My rating: 5 of 5 stars

Cuando estuve frente a Álex Sampedro dispuesto a comprar uno de sus discos, o su libro, le pedí una sugerencia. Me dijo sin dudar "lleva el libro". No se equivocó.

IGLEBURGER es un banquete espiritual en 40 episodios. Es una crítica ingeniosa de la frivolidad del cristianismo del siglo XXI, en el que los resultados son lo prioritario, las masas determinan el éxito, y el discipulado bíblico es cosa del pasado ¡Necesitamos más libros así!

Partiendo de su propia experiencia —y no es que sea una autobiografía—, Sampedro nos confronta con la maldad que llevamos dentro y nos obliga en ocasiones a desechar lo nutritivo y trascendente, por lo efímero de la fama, gloria y "realización". De ninguna manera se trata del discurso de un fariseo, más bien de un discípulo que yerra, pero se aferra a la gracia salvadora del Maestro.

La narrativa es bastante accesible, aunque el autor hace gala de buen léxico. Fácilmente podría ser tomado como un devocionario, por su estructura. Pero, para lectores cómo yo, un capítulo por día no basta ¡Hay mucho contenido valioso! Pensado inicialmente para jóvenes, ya que el autor mismo lo es, puede ser leído por cualquiera interesado en ir más profundo en su fe, directo a la esencia de lo que es "ser cristiano".

La Biblia siempre está presente, citada, interpretada o aplicada. Jesús y su iglesia (la novia del Cordero) es el tema central, aunque igual peso tiene el antagonista: La Igleburger, que no es una congregación particular, sino un sistema, una moda terrible que permea las iglesias sin distinción de denominación, membresía, o latitud.

Desde aquí animo a interesarse por esta obra, pero también por los trabajos musicales de Álex Sampedro, ya que van en la misma línea: críticos, sustanciosos, y sobre todo muy cristocéntricos.

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*Conoce un poco más de este joven autor. He aquí el videoclip de la canción que les relaté. Espero que el año que entra decidamos ser sal que sí sala.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Carta abierta a los padres de adolescentes en etapa de enamoramiento

CARTA ABIERTA A LOS PADRES DE ADOLESCENTES EN ETAPA DE ENAMORAMIENTO

Todo tiene su tiempo bajo el sol. Hay un tiempo de nacer, y un tiempo crecer; un tiempo para ser responsable de sí mismo, y un tiempo para ser responsable por otros. Quienes tenemos la dicha de ser padres podemos ver en nuestros pequeños la oportunidad de enmendar errores pasados y perpetuar lo bueno en nosotros.

He visto como al llegar la etapa de la adolescencia se elevan murallas de protección en los hogares, y como los hijos las brincan con toda facilidad. Con la misma astucia que burlábamos la seguridad en casa de nuestros padres —y aún con más—, nuestros hijos burlaran la nuestra.

He visto padres que tiemblan ante la idea de que la quinceañera que duerme bajo su techo, la misma que vieron nacer, llegue un día presentando a un joven apuesto —o no tanto— al que llama "mi novio". Pareciera que cuando se pronuncian esas palabras no hay marcha atrás. Otrora no había más opción, es cierto. Tristemente, la sociedad ha degenerado la idea del compromiso convirtiéndola en un examen de selección múltiple con comodines disponibles de undo/redo (Deshacer y rehacer).

Piensas que has sido claro con que "novio o novia" son palabras prohibidas hasta determinada edad, pero debo advertirte que no es el título lo que define una relación, sino lo que hacen o dejan de hacer los jóvenes. No hace falta que tu hijo o hija se abstenga de besos y caricias, porque el amor no es algo físico meramente, también es emocional y psíquico.

Cuando dos chicos empiezan a tocar sus corazones y a construir casitas de ilusión en su universo virtual, estamos en presencia de un noviazgo underground (o bajo cuerda).

Aquellos que se identifican con el escenario deben estarse preguntando: ¿y ahora qué hacemos? Recomiendo lo siguiente —digo yo, no el SEÑOR:

Admite los hechos. La negación nunca resuelve nada. Lo mejor que uno puede hacer es asumir la realidad y participar activamente en su construcción. Tampoco esto significa llegar hasta el otro extremo lanzándolos irresponsablemente a un matrimonio prematuro, o peor aún, promover un noviazgo de término indefinido, carente del temor de Dios, un caldo de cultivo para malos hábitos. Que nuestros hijos crezcan y quemen las mismas etapas que nosotros años atrás no tiene que ser una tragedia.

Cuéntales tu historia. Cuando yo era pequeño y vivía con mi padre, cuando era el niño consentido de mi madre —estoy citando Proverbios... aunque sigo siendo pequeño—, recuerdo haber escuchado la historia de cómo mis padres se conocieron. De hecho, antes de hacer oficial mi noviazgo con Carla (mi esposa), tuve una conversación muy importante en la cama con mi mamá. Aquella tarde calurosa me contó con pelos y señales como mi papá la enamoró. Atesoro aquel momento en mi memoria.

Hay que enseñarle a los hijos cómo uno ha caminado en la vida (bien o mal) para darles una idea de lo que están a punto de experimentar. Con honestidad y plática constante no habrá lugar para la rebeldía juvenil.

Dales algo a qué aspirar. "Quien halla esposa halla la felicidad: muestras de su favor le ha dado el SEÑOR" reza el proverbio, mostrándonos cuán alta es la estima de Dios hacia el matrimonio. Debes permitir a tus hijos aspirar esa felicidad. Entrénalos para un día formar un hogar y que éste se constituya en una lumbrera en medio de la oscuridad de esta generación.

Un buen amigo me dijo que el mejor estado del hombre es estar casado y en Cristo. Lo creo firmemente. Haz que ellos también lo crean. Así Dios será el eje de la relación que están teniendo y esta llegará a feliz término (sea que se casen, o descubran que no son el uno para el otro).

Sé específico al hablar. Nada como tener las reglas de juego bien claras desde un principio. Comparte con tu hijos tus temores y expectativas acerca de su comportamiento, el tiempo que debe dedicar a la relación, o el que debe esperar antes de iniciarla. Hazle ver que los pasos que está dando son trascendentales y no solo lo involucran a la parejita, sino a dos familias, y posiblemente a una iglesia. Habla de los peligros pero también de lo hermoso que es quemar esta etapa contando con la ayuda de Dios y sus seres amados. Nunca des nada por sobre entendido, pero tampoco seas exasperante.

Nunca es demasiado tarde para orar por él —Ni demasiado pronto. Tal vez no seas un campeón de oración, y piensas que no tienes mucho que aportar, o tal vez piensas que esto no te incumbe porque tienes hijos pequeños. Déjame compartirte un sabio consejo de quien considero es el mejor de los padres terrenales.


Confío en que prestarás tu oído a mis razones, y en oración tomarás las mejores decisiones... por el bien de tus generaciones.

Gracia y Paz, ✌
Zabdiel David