viernes, 30 de octubre de 2015

El huracán Halloween

Hace una semana el mundo fue testigo de la milagrosa degradación del huracán Patricia, considerado como «el más peligroso del mundo», a su paso por México. Entre los daños causados por este ciclón tropical no hubo pérdidas humanas que lamentar (Mayor fue el saldo dejado por las lluvias torrenciales que precedieron a Patricia)

Por otra parte la Iglesia de Cristo en Latinoamérica es azotada, como cada año para esta fecha, por el huracán Halloween, cuya fuerza se incrementa apoyándose en el cine y la TV, el mercadeo y el «boom» de las fiestas zombies. ¿Cuál ha sido el saldo? Peleas y más peleas entre cristianos en las redes sociales. Ataques inclementes —e indecentes— a pastores evangélicos. Dimes y diretes: el circo ya no es romano, es «cristiano». Tristemente nos hemos acostumbrado a ese escenario.

No pensé tener que escribir otro post sobre la Noche de Brujas —así la conocimos primero en castellano—, pero este será diferente. Mucho se ha dicho sobre las declaraciones de Jesús Adrián Romero en un video donde motiva a su iglesia a participar de la colecta de dulces y los disfraces este 31 de Octubre. Ahora que pareciera que nadie está hablando de ello, comparto mi reflexión.

Antes he dicho que este es un tema controvertido. Para los estadounidenses, el Halloween es algo muy propio de su cultura, una fiesta inocente que hace mofa de la oscuridad (o coquetea con ella... no estoy seguro). No me extraña que la familia Romero lo vea de una forma positiva habiendo crecido en esta cultura, donde otras fiestas con origen oscuro también se han cristianizado o "redimido" como diría el cantante.

Aprecio mucho a Jesús Adrián. Escucho su música —sin piratearla—, creo que es una persona muy valiente por pastorear un iglesia en una ciudad (Monterrey) tan tumultosa. No concuerdo con él en este tema y algunos otros, pero lo respeto. También tengo amigos reales en los Estados Unidos que decoran calabazas y se disfrazan. Son gente que ama a Dios y predican su palabra... ¿Están todos ellos en un error? Pienso que sí, pero no lo ven de esa manera (aún).

John Piper, a quien admiro profundamente, tampoco se muestra en contra pues considera que la cultura puede ser un medio para testificar la verdad de Dios. Estoy de acuerdo a medias, pues también creo que el evangelio supera cualquier cultura, tanto más cuando una costumbre exalta valores ajenos a la luz —en el caso de Halloween: la muerte, la oscuridad, el terror.

¿Más o menos inofensivo?
Volviendo a Jesús Adrián... En su página de Facebook publicó lo siguiente:
El trabajo de la iglesia a través de los siglos ha sido sacar a la gente de su pecado y su esclavitud a la superstición y llevarlos a la luz, por eso cuando el cristianismo llegó al Norte de Europa se le puso el nombre de halloween a la celebración y significa el día de todos los santos.
¡Objeción! Aunque sea cierto que hayan tratado de atraer a paganos a la fe de Cristo ¿Es esto correcto? ¿Acaso la historia eclesiástica no da fe de errores garrafales cometidos por líderes piadosos en nombre del Salvador? ¿Es menos inofensivo celebrar la oscuridad y la muerte si cambiamos el nombre a «día de todos los santos»?

Y me pregunto: ¿A cuáles santos vamos a festejar? ¿No será el santoral una adición muy posterior de los «cristianos» otrora paganos? Verán, los fariseos y rabinos judíos no han sido los únicos en añadir cuestiones a la fe del Dios vivo, entonces ¿Por qué mejor no evaluamos la historia a la luz de lo que enseña la Biblia?

Acariciando las tinieblas
Continúa diciendo el pastor-cantante:
Me atrevo a decir que el 99% de la gente que celebra halloween no tiene nada que ver con unos cuantos raros que ven esta noche como la noche del diablo.
Discúlpenme el sarcasmo, pero ¡Tal vez hizo la encuesta en su congregación! Creo que en esto es muy ingenuo. Tal vez no haya "raros" en su vecindario, pero sí hay cultos que realizan cualquier cantidad de ritos en ese día. Me atrevo a decir que es más que el 1% (Pero no quiero discutir sobre estadísticas)


El hecho de no pertenecer a una secta ocultista no me exime como cristiano de rechazar las tinieblas. JAR cita a C.S. Lewis que escribió que existen "dos errores iguales y opuestos en los cuales caen los humanos en relación a los demonios. Un error es no creer en su existencia. El otro es creer y sentir por ellos un interés excesivo y no saludable". De acuerdo 100%. Precisamente, por no dudar de su existencia es que no ignoramos sus maquinaciones.

Recientemente, el vocalista de Tercer Cielo, compartía su postura sobre esta celebración, diciendo que se ha "pintado como algo bonito a través de un liberalismo extremo y que ya entró a la iglesia. Se le mete a la gente en la cultura, en la música, en muchas cosas que ya parecen aceptables pero son diabólicas."

El problema del Halloween no son los dulces, o las diversas formas de preparar la calabaza, ni siquiera ponerse un disfraza. Esas son las cerecitas del pastel. La esencia misma del plato que muchos se comen es esta: Fascinación por lo oculto, una caricia a la mujer oscura que sabes que no puedes besar. El señuelo es nada menos que la diversión.

Participar de una caminata zombie, comprar (o fabricarte) el disfraz de la villana hechicera de la película taquillera del momento, ver maratones de películas de horror, y otras cosas similares demuestra interés por las cosas que el Dios de la Biblia llama abominables (la hechicería, consulta a los muertos, los sacrificios humanos). Así sea todo un juego, en el fondo, hay un interés por conocer y experimentar algo de ello ¡De eso, sin duda, NO debemos participar!

 No hay que gustarle a la gente para compartirles la verdad del evangelio. Por supuesto, tampoco tenemos que hacernos odiar —aunque le resulte muy fácil a quien no quiere atender el consejo divino—. Una preciosa mujer de Dios que conocí hace algunos años, Delki Rosso, escribió lo siguiente:
  • No tengo que ponerme ningún disfraz para hacer amistades o sentirme aceptada en un círculo de vecinos.
  • No voy a diluir la verdad para acomodar a NADIE.
  • No somos perfectos como familia pero amamos a Dios y a su palabra, mas que la opinion de los demás 
Como familia, no nos disfrazamos en Halloween pero tampoco apagamos las luces de nuestro Hogar. Mi familia abrira la puerta a los que toquen y regalaremos abrazos, homemade Cookies (galletitas hechas en casa) y tarjetitas personalizadas con mensajes del amor de Dios.
Tal vez para Jesús Adrián Hallowen sea una gran oportunidad para que él y sus ovejas de Epicentro compartan el amor de Dios. Sinceramente, estoy más interesado en la opinión del otro Jesús respecto a cómo puedo mostrarle al mundo su amor.

¡No más muertos!
Mostraré amor y respeto por quien está en el error, sabiendo que mañana yo podría estar en uno y quisiera ser corregido con amor.

No me haré partícipe de fiestas de disfraces, pero tampoco de conversaciones o chats destinados a desacreditar a algún hermano en la fe... por que ¿quién es menos "hermano" según la biblia: el que enseña un error o el que aborrece a su prójimo? ¡No quiero más muertos ni heridos por esta tormenta!!

Nunca he querido aparentar mayor conocimiento o santidad. Al contrario, aprendo de cada persona que he citado, aún no estando de acuerdo con ellos. Que no se tomen mis opiniones y convicciones como un ataque a ningún individuo, más bien como un consejo a todo el que tenga oídos.

El Sagrado Romance: Sobre Halloween y el beso francés

«El Sagrado Romance» es un intento de entender el amor esencial a través del amor cotidiano. Por medio de historias de la vida en pareja nos aproximamos al amor inexplicable y sublime del Creador.

En su libro El deseo de cada mujer, Fred Stoeker cuenta la historia del desacuerdo entre una pareja a causa del beso francés. Mientras que a él le resultaba excitante, a ella le parecía degradante. La esposa acusaba a su marido de ser egoísta por forzarla a hacer algo que detesta.


Stoeker (quien comparte el crédito del libro con Stephen Arterburn) explica que a causa de ella, lo que desea su esposo es algo malo. No se pronuncia a favor o en contra del asunto (como yo tampoco haré), pero es enfático en que cualquier atropello en contra del cónyuge es pecado, y no debe insistirse en algo que está mal para el otro.

Es la víspera del Día de brujas y veo que los círculos cristianos aún no llegan a un consenso respecto a esta fiesta. Cada día aumenta el números de quienes, como yo, rechazan participar de la fiesta a causa de su trasfondo pagano; pero no hay que cerrar los ojos ante la realidad de que muchos cristianos consideran Halloween como algo inofensivo y hasta una fiesta nacional.

Pienso que no habría tal discordia entre los cristianos si consultáramos la opinión del Dios al que adoramos. Sabríamos la respuesta correcta si consideráramos el significado de la palabra"abominación"; si consintiéramos amar lo que Dios ama y odiar lo que aborrece.

La aversión del Creador por la hechicería, el ocultismo, los sacrificios humanos y demás prácticas infames de los pueblos a lo largo de la historia, quedó registrada en la Biblia (Deuteronomio 7:25-26; 18:9-13, entre otros)
El Señor aborrece el camino de los malvados, pero ama a quienes siguen la justicia. Proverbios 15:9 (NVI)
No importa si algo nos parece inofensivo o incluso simpático (algunos niños se ven realmente tiernos con sus disfraces), si no es del agrado de Dios está mal —igual que un esposo cuando atropella los valores de su mujer. Es pecado, cosa de malvados.

Lo más productivo que podemos hacer este 31 de octubre es participar de lo bueno y aborrecer el mal. Eso es temor (amor) a Dios.



Sobre el libro El deseo de cada mujer
Escrito por Stephen Arterburn & Fred Stoeker junto a Mike Yorkey. En este libro podrás descubrir los errores comunes acerca de lo que quiere decir ejercer la autoridad bíblica y comprender el papel de la sumisión en la relación matrimonial.