viernes, 1 de enero de 2016

La Brújula de la Vida

Evangelio (del griego εὐαγγέλιον) significa “buena noticia”. Entendemos que la buena nueva es que Dios se encarnó para salvar a la humanidad muriendo en una cruz y al tercer día resucito, demostrando que no era solo un hombre más.

 Esta noticia recorre el mundo entero, siendo aceptada por millares y rechazada por otros tantos. Pero, si Jesucristo es quien dijo ser ¿por qué alguien rechazaría la oferta de salvación del Creador del Universo? Algunos acusan la Fe cristiana como “exclusiva”, específicamente por declaraciones como las de San Pablo: “Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5)

La verdad es que, para los cristianos, no hay algo más importante que anunciar. La vida y destino del ser humano depende de esto: ¡Dios envió a su Hijo para librarnos de nuestros pecados! Ese el único camino.

El Evangelio es como una brújula, esa misma que apunta hacia el norte magnético y solo en esa dirección. Aunque quieras ir hacia el suroeste, tienes que saber dónde queda el norte. No importa adonde quieras llegar, te guías por lo que la brújula señala.

Asimismo, el Norte de la vida eterna está expresamente señalado por Dios, pero no todos quieren ir en esa dirección. Algunos quieren “tratar” de encontrar lo eterno en otros lugares, dando la espalda al Dios que los creó. No obstante, como el hijo perdido que "volviendo en sí, dijo: Me levantaré e iré a mi padre…”, cualquiera que decida girar el curso de su vida en la dirección que señala la brújula alcanzará perdón y vida plena.

En definitiva, como la brújula siempre apunta hacia el norte, el Evangelio siempre apuntará hacia los brazos de un Dios amoroso que entregó lo mejor de sí para que nunca más anduviéramos extraviados.
Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre sino por mí.” - Jesucristo (Juan 14:6)

*Escrito originalmente para el semanario "La Brújula" de Curaçao, Antillas Holandesas. Edición del 15 al 22 de Abril de 2010.