Los mitos forman parte del sistema religioso de una cultura, la cual los considera historias verdaderas. Su función es otorgar un respaldo narrativo a las creencias centrales de la comunidad. http://es.wikipedia.org/wiki/Mito
Como vimos en la entrada anterior de "Mitología...", estos cuentos se infiltraron en el Cristianismo, pero no con el fin de respaldar el credo, mas bien algunas fiestas y tradiciones. Un caso emblematico es: Papá Noel.
Nicolás de Bari, el "santo" que dió origen a la leyenda, nació cerca del 280 d.C. en Patara, del distrito de Licia (hoy Turquia). Se cuenta que siempre estuvo avocado a ayudar a los niños. En una ocasión un criminal apuñaló a unos infantes, quienes fueron sanados por la oración de Nicolás.
Su fama de repartidor de regalos proviene de la historia de que Nicolás ayudó a un hombre pobre incapaz de casar a sus hijas por falta de dote. El sacerdote entraba por la ventana de la humilde casa e introducía sacos de oro en las medias de las jovencitas, quienes las habían puesto a secar... ¡en la chimenea!
No obstante, el legendario "hombre del traje rojo" es mas bien una mezcla entre este sacerdote turco y otro Nikolás, oriundo de Finlandia. El mito narra que siendo niño este perdió a sus padres en la víspera de Navidad, por lo cual quedó a cuido de la gente del pueblo. Nikolás tallaba juguetes de madera para regalarlas en cada casa donde vivía. Cuando creció, se dedico a repartir juguetes de madera a los niños de pueblos vecinos.
Cuando la iglesia romana instituyó la celebración del nacimiento de Cristo a la par de la Saturnalia (fiesta dedicada a Saturno o Cronos, para los griegos) asimilaron de los paganos la práctica de dar obsequios a los niños. Con el tiempo fue necesaria la inclusión de un "santo" para darle forma a la nueva festividad cristiana. Es así como Nicolás se convierte en Papá Noel (Father Christmas)
"Jack" Lewis incluye este personaje en The Lion, the Witch and the Wardrobe como el ícono de la Navidad, la cual había sido abolida en Narnia durante el perverso régimen de Jadis, pero se restaura con la llegada de los cuatro reyes.
Resulta curioso que la Bruja Blanca diera a Edmund delicias turcas, una golosina navideña típica en Inglaterra. Si la bruja odiaba la festividad y lo que esta representaba, ¿cómo pudo atender al capricho del hijo de Adán? Las golosinas eran mera ilusión y creaban adicción, como todo lo que el diablo ofrece a los actuales hijos de Adán. (Un detalle magistral de Lewis)
Niños, regalos, un hombre que los transporta, un rey que viene a traer paz... ¿Acaso la vida real no se parece a los cuentos de hadas? Tal vez es cosa nuestra encontrarle el parecido, ya que eso alimenta nuestras esperanzas de que aun en el invierno de la vida hay razones para festejar.
1 comentario:
me encantó tu relato. muy apropiado para la época, aunque lo escribiste en la primavera. refrescante. gracias
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