jueves, 29 de enero de 2009

Mitología Cristiana: Lilith

Los cristianos hemos basado nuestra fe y doctrina en hechos y personajes reales de la historia. Lo que la Biblia registra ha sido -y sigue siendo- objeto de estudio por arqueólogos y expertos de diferentes disciplinas. Ellos dan fe de que estamos ante un libro excepcional.

No obstante, el Cristianismo a lo largo de sus 20 siglos de existencia ha basado muchas de sus creencias en fabulas. La iglesia de Roma utilizó muchas de estas en forma pedagógica en la medida que realizaba su "evangelización". Aun los hebreos —los primeros protagonistas de la Biblia—, influenciados por los pueblos vecinos, tenían sus leyendas. No podemos afirmar que estan de acuerdo con la doctrina de Moises o el mensaje de los profetas de Dios, pero formaban parte de su folklore.

Producto de un sincretismo mesopotámico-hebreo nace la leyenda de Lilith, la supuesta primera esposa de Adán, quien por un conflicto marital se entregó a la oscuridad convirtiéndose en un espectro o demonio de lujuria. Se le presenta como una mujer pelirroja y seductora, ávida de emisiones nocturnas masculinas para aumentar su prole.

Lilith es la madre de los lilum, una especie de vampiresas que raptan niños antes de que sean circuncidados. Ese es el origen de la palabra lullaby (canción de cuna), la cual se entonaba para "auyentar a Lilith" o sus malignos hijos.
Tal vez de esto tambien se originaran creencias como la del limbo, adonde iban los niños no bautizados -Por cierto, ese lugar fue clausurado por los romanos en años recientes.

Algunos teologos cristianos introdujeron a Lilith en sus doctrinas por su imposibilidad de conciliar los relatos de la creación del hombre de Genesis 1 y 2 (para ellos fue imposible, no para nosotros). Uno de ellos la adoptó en su propio mundo de fantasía.

C.S. Lewis empleó personajes de la mitología cristiana, que coexisten con los clásicos elementos de la griega, romana y nórdica, en las Crónicas de Narnia. De Lilith, —según el relato de Jack— descendía la Bruja Blanca.
−Eso es lo no comprendo, señor Castor −dijo Peter−. Quiero decir, ¿acaso no es humana la bruja?
−A ella le gustaría que lo creyéramos −respondió él−, y en eso basa su pretensión de ser reina. Pero no es una Hija de Eva. Desciende de la primera esposa de vuestro padre Adán —aquí el señor castor realizó una inclinación de cabeza—, aquella a la que llamaban Lilith, y que pertenecía a la raza de los genios. De ahí es de donde proviene ella por una parte, y por la otra, de los gigantes. No, no, no existe ni una gota de sangre humana en la bruja.
(C.S. Lewis, "El León la bruja y el armario", Destino Juvenil)
En la mente de Lewis las especulaciones cobran vida y se internan en el mundo que el creó. Con Lilith la maldad de la Jadis (la bruja), su aversión por los niños —cualquier hijo de Adán y Eva— tiene una razón de ser.
Jack (como se llamaba a sí mismo el escritor) fue sin duda un creador, un artista capaz de manejar los elementos de la imaginación humana sin desperdiciar ninguno.

En una proxima entrega, seguiremos conociendo de cerca la mitología cristiana, que sin ser verdad explica muchas cosas que si lo son.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Luisa Loida dijo...

buen trabajo. te invito a visitar http://dosisdeesperanzaparalafamilia.blogspot.com

Unknown dijo...

para los cristianos, he tenido demasiados sueños eroticos, podría decirse mínimo 3 veces a la semana, quería preguntar si eso afecta en el que no este bautizado con el ataque de las hijas de lilith