sábado, 11 de abril de 2009

Elí, Elí, ¿lama sabactani?



¿Quién abandonaría a un hijo en el momento de mayor peligro? ¿Quién es capaz de dejar perecer al fruto de sus entrañas? Aunque veamos que en el mundo ocurren cada vez peores atrocidades, aun podemos decir que nadie en su sano juicio le daría la espalda a su propio hijo, bajo ningun concepto.

Durante esta Semana Santa, reflexionaba de las palabras de Jesucristo: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". En medio de la agonía del Hijo el sol se eclipso, señalando de alguna manera el rechazo del Padre Celestial. Hemos oído que Dios derramó su ira sobre el Cristo redentor... pero, si me permiten, quisiera sugerir que más que ira justiciera, la historia del Calvario revela el calibre del amor de Dios por la humanidad.

Al mirar la cruz desde la perspectiva del Padre veo el dolor que le causó apartar su mirada del cuerpo vituperado de Jesús. El minuto 3:43 del video (The Most) nos muestra a un padre con el alma desgarrada por no haber socorrido a su hijito, y haber cometido la aparentemente crueldad de intercambiar una vida inocente por la salvación de muchos que no valorarían el sacrificio, ni se percatarían de su dolor.

Insisto en preguntar ¿Quién daría la espalda a su único hijo para rescatar a gente con toda clase de errores y vicios, gente sin la más remota esperanza de mejoría? Solo alguien que cree que al hacerlo puede cambiar vidas.
¿Acaso no fue esto lo que hizo el Padre cuando al el rescate de los hombres que le traicionaron? La Biblia no puede ser más clara:
Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:7-8 (NVI)
En el minuto 4:15, la joven adicta mira los ojos desconsolados del padre que lo dio todo para librarla del peligro. Algo ocurrió dentro de ella y su vida cambió para siempre.
Esa es mi propia historia y la de muchos que han reconocido el valor del sacrificio del Hijo de Dios. Aquellos que, al dar una segunda mirada a los ojos del Padre, vemos el gozo en sus ojos (min. 6:03) pues su sacrificio nos ha dado esperanza

Entonces valió la pena desamparar al Hijo Amado, para cosechar muchos hijos más. ¿Merecíamos tanto amor? En verdad, no. Pero ¿quién puede negar que aun hoy este amor puede salvar vidas? De esto y de nada más trata el precioso evangelio de Jesucristo.

¿Puedes creerlo?


*Las imágenes fueron tomadas del filme "Most" (El Puente), ganador de varios premios y con una nomitacion al Oscar.

viernes, 3 de abril de 2009

Sin querer llegar a la meta

Hoy iba caminando al supermercado cuando me percaté que estaba tardando más de lo acostumbrado. La distancia es considerable por lo que decidí hablar con Dios en el trayecto (algo que no hacía desde hace tiempo) y de pronto me di cuenta de que estaba tan absorto en mi plática que bajé la marcha.

En seguida mi mente fue invadida por estas palabras: “No estabas pensando en llegar, sino en disfrutar la caminata…” Nada más cierto. Estaba disfrutando cada oración elevada al Señor, que no podía pensar si estaba caminando rápido o no.
Acto seguido se volteó la tortilla. ¿Estás viviendo la vida para alcanzar la meta suprema, o están entretenido disfrutando el paseo? – Me preguntaron. Simplemente, tuve que asentir…

Hemos oído que el Señor volverá. Los creyentes del primer siglo se saludaban diciendo ¡Marana ta!. Hoy día casi no se escucha pues son pocos los que no tiene esa expectación en un segundo plano. La mayoría de los cristianos estamos pensando cómo mejorar nuestra vida, cómo satisfacer las necesidades de la familia o la iglesia. Eso no está mal ¡Por algo aun estamos de este lado del Cielo!

Pero veo con preocupación que con menos frecuencia pensamos que algún día no estaremos aquí, sino que reinaremos con Cristo, y El hará todas las cosas nuevas. (Apocalipsis 21:5)

Las palabras del Apóstol Pedro resuenan una vez más:
"¿No deberian vivir ustedes como Dios manda, siguiendo una conducta intachable y esperando ansiosamente la venida del día de Dios?" 2 Pedro 3:11,12 (NVI)
Deberíamos ansiar ese regreso glorioso. Anunciarlo es la razón por la que corremos esta carrera. No obstante, somos como atletas que compiten por mera satisfacción, sin importar el resultado. Esos representan dignamente a sus naciones, pero no les llevan medallas.

Creo que Dios quiere algo más que a sus hijos buscando bienestar en la tierra de los vivientes. Quiere a sus siervos queriendo llegar a la meta. ZD

miércoles, 1 de abril de 2009

31/03/09

"31/03/09". Así llené la casilla “date” en mi examen sobre la historia de la Iglesia, y la planilla de registro para el próximo trimestre. Por alguna razón pensaba que aun estaba en marzo.
Pensaba titular esta entrada “Marzo, el mejor mes”, pero qué bueno que me equivoque en el examen… Sin duda, el que puse es mejor.

Acabo de salir de un largo examen, y me dieron la final de la materia. No estoy del todo contento porque no me gusta estar a un punto de la categoría “muy bien” (¿Alguien más tiene problemas con estar dentro del “promedio”?) pero creo que está bien la evaluación. Más que la calificación (algo por debajo del trimestre anterior) me importa el cúmulo de conocimientos adquiridos (vaya cúmulo) que me hacen valorar el pasado y aprender de él.

Y hablando de valorar el pasado… Como ya marzo es pasado, aprovecho el momento para valorarlo ante Uds. mis lectores. Mi marzo fue grandioso ¿Por qué lo digo? Hace un año y poco mas estaba celebrando el primer aniversario con mi novia (http://zabdieldavid.blogspot.com/2008/03/11-12-1.html) Pues, este marzo celebramos el segundo… ¡Juntos!

Nuestra foto oficial de 2do Aniversario

Dios me permitió darle una sorpresa que no olvidará, y que me costara superar (pero lo haré, hablo en serio). No soy amante de las sorpresas, pero esta estuvo sensacional y ambos la disfrutamos. En parte, también sorprendí a mi familia, con la que pasé muy buenos momentos (necesitaba estar con ellos un rato), y a mis amigos de la iglesia que me vio crecer. Todo ese ambiente es mi “Narnia”.


Con mi querido "Steinway", donde aprendí todo lo que sé



Los tíos e Isaí

Este viaje inesperado a mi tierra fantástica favorita, más otros logros personales de días pasados (compartir el lugar con un reconocido orador, y otro examen en el que obtuve una calificación más acorde con mis ambiciones) hacen de mi marzo un mes grandioso… Y lo mejor de todo es que no solo para mí lo fue, sino que pude hacer del marzo de otros un mes fabuloso también. Eso me llena de mucha satisfacción.


con Ruben Hernandez en la Iglesia