lunes, 2 de agosto de 2010

Despójate o lo pagarás

...despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Hebreos 12:1 (LBLA)


Hoy cambie de aerolínea para mis viajes regulares. No tenía otra opción después que mi empresa de confianza eliminara los vuelos de Curaçao a Maracaibo.

No sabia cuan traumático podía ser viajar en un Embraer EMB-110P1 (créanme que el nombre es mas grande que el avión) cuando estas acostumbrado a un Boeing 737.
No tuve ni siquiera que subir al avión para recibir el gran impacto. Ocurrió haciendo el Check-in cuando la empleada de la aerolínea me dijo: ¿Está consciente de que lleva 15 kilos de mas en su equipaje?.

Había empacado pensando en un tope de 40 Kg. (en total fueron 35,3) y mi penalidad fue de 45 dólares (un total despilfarro si viviera en un país con control de cambios).
Una vez que pagué la multa (repito, de 45 dolares) me puse a enumerar todo lo que podría dejar para el viaje de regreso:
  1. La chaqueta de pana.
  2. El jean negro que me queda grande.
  3. la crema de afeitar (tengo otra en casa y tal vez mi hermano la necesite)
  4. (...)
Me resulta curioso que en una situación extrema las cosas que creíamos realmente indispensables (por eso estaban en el equipaje) carecen de valor y utilidad. Lo cual me lleva también a enumerar aquellas cosas (posesiones, hábitos, relaciones, compromisos, entre otras) que son un peso para difícil de soportar.
Miro en el espejo a un joven agotado como resultado de querer manejar una docena de cosas a la vez -¡Hasta el Pulpo Paul es capaz de solo elegir una a la vez!.

A veces siento que la vida transcurre en un 737, pero definitivamente en ocasiones solo podemos llevar 20 kilos de equipaje. ¿Alguien mas tiene que enumerar?.

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