lunes, 25 de octubre de 2010

Todo árbol tiene algo que decir

Hace poco estuve hablando con un árbol, no con árbol danzarín o una dríade, sino con uno de nuestro propio mundo. Mis reflexiones sobre aquel encuentro las anoté en mi diario narniano, y ahora las comparto con ustedes.

Todo árbol tiene algo que decir.
Plantado bajo un techo yace nuestro árbol. Desconozco su edad, pero tiene un buen tiempo creciendo. Lo más curioso es que no lo hizo hacia arriba como todos hubieran esperado. Pero ¿Alguien puede cuestionarle estar torcido si ha estado yendo todo este tiempo tras la luz?

He captado su mensaje sin palabras, y me identifico con él.

A veces siento que por ir tras la luz (lo único que realmente alimenta y nutre... el alma), hacemos esfuerzos que nos dejan en la posición menos deseada.
¿Quién quiere ser distinto a los demás cuando se supone que todos crezcan hacia arriba? Solo un árbol que sabe que arriba no esta lo que necesita. Creciendo en esa dirección no hay fotosíntesis posible, solo un techo.

Al meditar en ello veo que siguiendo la tradición no hay verdad, y es 'eso' lo que necesito. Busco la luz de la vida y debajo de este techo solo hay sombras.
Quiero triunfar en el camino de la perfección: ¿Cuando me visitaras (Yahweh)? Salmo 101:2a (NVI)

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