martes, 16 de abril de 2013

Apolítico: El adjetivo conveniente

La política (del latín politicus y esta del griego πολιτικός politikós 'civil, relativo al ordenamiento de la ciudad o los asuntos del ciudadano') es una rama de la moral que se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por hombres libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva, es un quehacer ordenado al bien común... Esta promueve la participación ciudadana ya que posee la capacidad de distribuir y ejecutar el poder según sea necesario para promover el bien común. ~ Wikipedia

En mi época de estudiante en la ilustre Universidad del Zulia, conversé con un dirigente estudiantil de apellido Uzcátegui, quien me dijo lo siguiente: "Política es el arte de gobernar. La política es hermosa"; queriendo diferenciarla de lo que escuchaba en los noticieros y veía en los diarios que hacían los gobernantes de turno, lo "cual llamó "politiquería".

El diccionario RAE la define esta última como "tratar de política con superficialidad o ligereza... Hacer política de intrigas y bajezas." Todos estamos hartos de la politiquería. Parece que ya se trata de una carrera como la medicina o la música. Lo triste es que quienes se dicen llamar políticos, y no lo son (de acuerdo con la correcta definición de política) han logrado desviar a la gente hacia el abismo de la indiferencia.

En buen español, apolítico es alguien "que manifiesta indiferencia o desinterés frente a la política" (Wordrefence). Conozco muchas personas que se ubican en esa masa de opinadores que no votan, o ciudadanos quejumbrosos que no participan. Algunos lo son por deporte, otros se volvieron apolíticos por malas experiencias con la militancia política.

No obstante, existe un sector dentro de los apolíticos que no por decepción, sino por "convicción" no se involucran en la materia. Me refiero a cristianos que piensan que sus ojos deben estar "en las cosas de arriba donde esta Cristo sentado...". Digo, no deja de ser cierto el mandato, pero está descontextualizado (Pablo esta hablando de apetitos de la carne antes y después de ese versículo).

No creo que Dios nos prohíbe a los creyentes involucrarnos en política Tampoco que nos preparemos para hacer carrera en la administración publica. Antes bien, el reino de Dios ha de mostrarse en todas las esferas de la sociedad. ¡Había creyentes en el palacio de Herodes en tiempos bíblicos!

Los primeros pleitos en la Iglesia Primitiva no surgieron por atentados contra la sana doctrina, mas bien por disturbios en la convivencia colectiva: las viudas de los griegos eran desatendidas, las judías gozaban del bienestar que compartían los hermanos de fe. Esta gente se ocupaba de asuntos que atañen a la política.

Dios nos permitió vivir en democracia y debemos procurar usarla como herramienta para dar a conocer su gloria. No me refiero a militar en alguna organización, sino hacer valer los derechos de elección y libre expresión Si la democracia nos permite cierto "poder", debemos usarlo para servir al prójimo. Hemos de combatir la desigualdad y todas las ataduras sociales que oprimen a las criaturas de Dios.

Pongo el ejemplo del gran William Wilberforce, quien usó su asiento en el parlamento británico para abolir la esclavitud en el reino inglés. Él y muchos ciudadanos libres denunciaron por años este flagelo hasta que se logró la mayoría necesaria para cambiar las leyes. (Recomiendo ver el filme "Amazing Grace", dirigido por Michael Apted, el mismo que dirigió Narnia 3)

Cuando entendamos que política tiene que ver mas con sociedad que con uso del poder (mucho menos con abuso), entonces dejaremos de tenerle miedo. Hasta creo que alguno de mis hijos podría ocupar algún cargo importante y ayudar a muchas personas. Tal vez alguno de mis jóvenes lectores.

Créanme, pasar horas de rodillas no es lo único que hace que las cosas sucedan. Ni Israel poseyó la Tierra Prometida, ni el Evangelio llegó a Europa y todo el mundo conocido meramente por las oraciones de los santos (Aunque el poder de Dios siempre les acompañó). Lo mas espiritual no es sentarse a hacer nada. Eso es un engaño. Ser apolítico o indiferente al bien común es un pecado... y mas si es por conveniencia.

Es verdad que, a veces, Dios nos dirá "Estén quietos y vean mi salvación , pero el resto de las veces "para que el mal triunfe basta con que los hombres de bien se queden cruzados de brazos." (Edmund Burke)

Hombre de bien, dobla tus rodillas, mas no los brazos.

viernes, 12 de abril de 2013

Observa. Calla. Aprende.

La observación se define como la actividad que un ser vivo realiza, usando sus sentidos, con el fin de detectar y asimilar rasgos de un elemento, hecho o fenómeno. Constituye una de las partes del método científico, y no es de extrañar que sea algo escaso en la sociedad posmoderna que ha desplazado la razón por los sentimientos. Hasta la fe, que se fundamenta en argumentos, hoy día se sustenta en sensaciones... Pero eso es tema de otra entrada.

Últimamente hay mucho que ver a nuestro alrededor. Anuncios luminosos plagan la ciudad. Las imágenes saltan de nuestros teléfonos inteligentes. Las tabletas están a la orden del día. Hasta nuestra vestimenta se ha convertido en una marquesina promoviendo cualquier cantidad de consignas. Es una locura visual. Aun así vemos, no observamos.

Observar implica una actitud analítica, una disposición al aprendizaje. Encuentro en los proverbios un ejemplo claro de una observación bien hecha.
Pasé por el campo del perezoso, por la viña del falto de juicio. Había espinas por todas partes; la hierba cubría el terreno, y el lindero de piedras estaba en ruinas.
Guardé en mi corazón lo observado, y de lo visto saqué una lección: Un corto sueño, una breve siesta, un pequeño descanso, cruzado de brazos... ¡y te asaltará la pobreza como un bandido, y la escasez, como un hombre armado! ~ Proverbios 24:30-34 (NVI)
Tan escasa como la observación es la prudencia. Qohéleth dijo: "Hay un tiempo para callar, y un tiempo para hablar" ¡Y lo dijo es ese mismo orden! Poco sabemos hoy, lo que es guardar silencio. En las redes sociales se confunde la verdad con la opinión. Los cibernautas hacen gala de la ignorancia ondeando la bandera de la libertad (de expresión). No obstante, la Biblia me dice que es mejor callar... cuando es debido.
Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio; se le considera prudente si cierra la boca. ~ Proverbios 17:28 (NVI)
Sobre todo cuando uno no sabe algo, es mejor no hablar como si supiera. Callar coopera con la observación y nos hace avanzar en la ruta hacia el aprendizaje. Hemos venido a aprender a este mundo. No reconocerlo es una perdida de tiempo.
Ahora bien, hay una gran diferencia entre aprendizaje y acumulación de datos. El que aprende sabe qué hacer con la información. Inteligencia y habilidad no son sinónimos en ningún diccionario.

Ya culminando esta terapia mental, mira a tu alrededor y enumera las cosas incomprensibles. Descubre si vale la pena entender alguna de ellas. Luego... Observa. Calla. Aprende.