sábado, 13 de marzo de 2010

Leaving Narnia... Forever?

Ya una vez había escrito en este blog acerca de dejar Narnia (que en mi caso se trata de la tierra que me vio crecer). Hoy nuevamente me refiero al episodio en el que Peter, el sumo monarca, se despide para siempre de la tierra mágica. Esto fue lo que dijo a su hermana Lucy:

"Al menos, por lo que dijo (Aslan), estoy muy seguro de que quiere que regreséis algún día. Pero Su no, ni tampoco yo. Dice que nos estamos haciendo demasiado mayores... ya lo tengo casi asumido. Es bastante diferente de lo que pensé. Lo comprenderás cuando llegue tu última vez." (C.S. Lewis, "El Príncipe Caspian", Destino Juvenil)

No hace mucho hable con mis padres y me pusieron al tanto de los ultimos acontecimientos "en casa". Mi habitación se ha convertido en una especie de estudio. Creo que, habiéndome mudado a otro país, no es injusto que le sacaran provecho a mi primer reino. La mayoría de las cosas siguen en su lugar, pero la cama ya no esta, así que tendré que dormir en otra habitación (o conformarme con el rico sofá puesto ahí dentro) cuando visite a mi familia.

Nunca piensas que te iras de casa... aunque te hayas ido. Quieres tener la sensación de siempre estar ahí, manteniendo el "orden" que caracterizaba a tu "espacio". Absolutamente es lo que me pasaba. Pero finalmente te das cuenta, como Peter, de que "la ultima vez" llega, y tienes que asumirlo.

Definitivamente, es bastante diferente de lo que pensé, pero esta bien. De otra manera, no podría ocuparme de los asuntos de mi propio mundo (A su tiempo, eso fue lo que se le dijo a Lucy).

Esta escrito que cuando vuelva a pisar suelo narniano, seré un visitante (uno muy especial, claro, toda una la celebridad seguramente), y todo sera diferente. Pero ya era hora de que ocurriera... Me estoy haciendo mayor.

1 comentario:

Zabdiel David Rodriguez dijo...

El siguiente texto ocupa mis pensamientos, se refiere a los "asuntos de mi propio mundo" que tengo que atender... Todos llegamos allí en algún momento:

"No envíes a la guerra a ningún hombre recién casado, ni le impongas ningún otro deber. Tendrá libre todo un año para atender su casa y hacer feliz a la mujer que tomó por esposa. - Deuteronomio 24:5 (NVI)