sábado, 13 de noviembre de 2010

Las caras del León

En las afueras del cinema local puedo ver el poster de la tercera película de Narnia: The Voyage of the Dawn Treader. Desde que lo vi pensé "definitivamente no es el mejor que han hecho". No obstante, eso no hace menguar mi deseo de verla.

Recientemente, encontré en un website otra versión del poster que me gustó más. Básicamente es el mismo, pero hay una gran diferencia: Aslan.
Mientras que uno presenta a un león dorado un tanto envejecido y de facciones toscas; el otro muestra un Aslan cubierto de nieve pero más parecido al que hemos conocido.

El cambio de rostros obedece a que la franquicia estrena nuevo estudio (Fox) con esta secuela. Seguramente están impedidos de usar el mismo león de las anteriores películas. Aún así me pregunto: ¿Por qué tantas versiones de Aslan? (Uno en el poster, otro en la portada del soundtrack, y ninguno es el que nos muestra la película misma)

Le pregunto lo mismo a quienes predican a Jesucristo y su evangelio. En cada esquina encontrarás una imagen diferente de Jesús. No me refiero únicamente a su aspecto físico (para bien o para mal ya lo han representado suficiente en el cine) sino a su personalidad y mensaje, las cuales adquieren diferentes matices según el lugar donde se predique de Él.

Algunos pintan a Jesús como un hombre misterioso e incomprensible, otros como un activista en contra de la injusticia y desigualdad social, y otros tantos como el divino y divertidísimo showman, la antesala a los televangelistas del siglo XX. No obstante, generalmente damos preferencia a la suavizada imagen renacentista del Cristo occidental, despojado de su gentilicio y trasfondo religioso.

El Salvador no era distinto de otros judíos, guardaba las leyes y ordenanzas de su época, pagaba impuestos como cualquier buen ciudadano. Tampoco era diferente a los otros rabinos de su tiempo, salvo en la autoridad con la que enseñaba y las señales que hacía, lo cual le mereció el desprecio de los poderosos al punto de planear su muerte.
Éste es el Hijo del Hombre, el Dios encarnado, el Mesías prometido a la humanidad, el Rey Salvador. Su retrato está en las páginas de la Biblia.

Quien vaya a la sala de cine encontrará la verdadera cara del León, y notará lo diferente que es del poster. Ruego que puedas entrar en las Escrituras y encontrar a Jesucristo, tal como lo describe el evangelio bíblico. Esta cara es más grandiosa que nuestras opacas recreaciones.

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