miércoles, 11 de noviembre de 2015

Mis Lecturas: Elvis, Pitágoras y la historia de Dios: El arte y la ciencia como amigos de la fe

Antes me he referido a la convención de Especialidades Juveniles a la que asistí en 2013, donde supe de libros grandiosos (Me perdieron, Igleburger, entre otros) que han aportado mucho a mi visión del futuro.

Uno de los libros de estreno en aquella ocasión fue Elvis, Pitágoras y la historia de Dios, escrito por el guatemalteco Junior Zapata. Se trata de un llamado a los creyentes, en especial a los jóvenes, a involucrarse en las artes y en las ciencias, siendo que a través de estos se puede glorificar a Dios.

Antes de mi review, comparto el sumario de la contraportada del libro:
Cinco siglos antes del nacimiento de Jesús, Pitágoras enseñaba que el universo vibraba porque había una realidad más grande de la que nos podíamos imaginar. En el siglo XVI, el director del coro de Lutero inició un movimiento de adoración en el cual usaba por vez primera la armonía en los arreglos musicales del coro. En el siglo XIX, Friedrich Nietzsche, caudillo del ateísmo, habló de lo que él llamaba «valores cristianos», y en el siglo XX, Presley inició la popularización de la música cristiana. Dios ha estado siempre presente en la historia de la humanidad sin haberse dejado encerrar en lugar alguno. En esta obra, Junior Zapata nos ayuda a verlo activo en medio de toda esa historia.


Elvis, Pitágoras y la historia de Dios: El arte y la ciencia como amigos de la fe Elvis, Pitágoras y la historia de Dios: El arte y la ciencia como amigos de la fe by Junior Zapata
My rating: 4 of 5 stars

Junior Zapata es un escritor incisivo. Su nombre es sinónimo de poca ortodoxia. No obstante, la coherencia siempre le ha caracterizado. Siguiendo la tradición de ”Agorafobia“, este, su más reciente libro publicado es una reflexión sesuda y apasionada a la vez... ¡Tiene que serlo si habla de música y arte !

El autor hace un recorrido por episodios de la historia humana en donde hubo notables avance en la ciencia, la música y otras artes. A veces iban de la mano con la fe, a veces progresaron a pesar de ella —en el segundo caso "fe" se refiere más bien a la "fe institucional”.

El libro hace un llamado a la juventud a seguir su vocación científica y artística, llenando el vacío que creyentes de otras generaciones (y la actual) han dejado en las instituciones culturales y del saber, dejando a merced de gente sin fe alguna el establecimiento de los estándares de la sociedad [pos]moderna.

Si bien es cierto que Galileo Galilei desafió a la jerarquías religiosa, y que en los últimos años en la iglesia cristiana hay más detractores de la ciencia que amantes del conocimiento; también es verdad —y el libro menciona ejemplos—, hubo creyentes en las misiones de la NASA al espacio, en los laboratorios investigaban el genoma humano, y aún los hay sentados cada domingo en las iglesias (menos de los que quisiéramos, más de lo que pensamos y otros quieren reconocer)

Tal vez lo único que no comparto con Zapata es su optimismo exagerado en cuanto al arte. Aun soy artista (músico) debo admitir que el arte no siempre está en lo correcto. Pero al ser este una ”expresión“ es muy difícil de evaluarlo en términos de moral. Por lo mismo se hace cuesta arriba redimir el arte sino no se han redimido quienes lo crean —lo que implica abandonar algunos patrones, ideas, hábitos que un “artista libre y soberano“ no estaría dispuesto a dejar. Por eso me resulta utópico su posición, aunque no la descarto del todo.

Por otra parte aplaudo que Junior habla sobre la responsabilidad social del artista (citando a C.S. Lewis, por cierto). El artista tiene un deber con el público y está obligado a cumplirlo, si es vamos a aceptar su arte como un valor y no meramente una válvula de escape de cavilaciones retorcidas.

Apoyo la lucha del autor en contra de la división absurda entre los «cristiano» y lo «secular», cito: "¡El cristiano comprometido considera que el reino ya está donde él o ella se encuentren!" ¡No puedo estar más de acuerdo!

Uno de mis frases predilectas es la siguiente: "Dios no es occidental. Dios no es un teólogo alemán ni estadounidense. Tampoco piensa como los cristianos en Latinoamérica". Me alegra que lo diga un líder influyente entre los jóvenes cristianos. Me alegra que muchos vayan a leerlo. Dios quiera lo entendamos.



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