domingo, 23 de enero de 2011

Hambruna Espiritual

(El siguiente es un devocional de Richard W. De Haan)

Muchos de nosotros vivimos en países donde la comida es abundante y la gente esta bien alimentada. Es por eso que no conocemos mucho los síntomas de la inanición. Al principio, las victimas tienen un ansia insaciable de alimento. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, el cuerpo se debilita, la mente se embota, y el deseo de comer disminuye. De hecho, la gente que padece hambre en realidad llega a un punto en que ni siquiera desea la comida que le ponen por delante.
El hambre espiritual sigue un patrón muy parecido. Si hemos estado alimentándonos a diario de la Palabra de Dios es natural sentir «hambre» cuando no pasamos un tiempo a solas con Dios. Pero si seguimos descuidándonos, podríamos perder todo deseo de estudiar las Escrituras. En realidad, puede que estemos muriéndonos de inanición.

¿Cuánto tiempo pasas leyendo la Biblia y meditando en sus verdades? ¿Extrañas la Palabra cuando la descuidas? Thomas Guthrie escribió: «Si descubres que amas un placer cualquiera mas que tus oraciones, cualquier libro mas que la Biblia, cualquier persona mas que a Cristo, o cualquier indulgencia mas que la esperanza del cielo, considéralo una alarma.»
Si has perdido el gusto por el «pan de vida» confiesa tu negligencia y pídele a Dios que reavive tu apetito por su Palabra. ¡Evita el hambre espiritual!

[Tomado de NUESTRO PAN DIARIO, RBC Ministries, 2002]

«Que cante mi lengua de tu palabra,
porque todos tus mandamientos son justicia…
Viva mi alma para alabarte,
y que tus ordenanzas me ayuden»
Salmo 119:172,175 (LBLA)

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